Actualmente es más común escuchar en los medios de comunicación noticias sobre el Bullying o el maltrato en las aulas escolares, cada vez más casos de violencia escolar son denunciados y cada vez son más los niños que llegan a la consulta de psicólogos o al orientador del centro con cuadros diversos que tienen como trasfondo un maltrato en el colegio.
Sorprendente es que a pesar de que cada vez hay más conocimiento sobre el tema, como en los campos de violencia familiar o laboral, exista esa especie de pacto de silencio que acontece entre los compañeros de clase, que pueden conocer, de hecho conocen, la situación del acoso y quiénes son tanto los acosados como los acosadores. Pero hay silencio, un terrible pacto de silencio que se inicia en el propio chico acosado y continúa en el resto de escolares que ven, entre impotentes o impasibles o casi cómplices, la situación creada.
Lo más curioso, si cabe, es la actitud de las figuras parentales de los acosadores. En general se muestran reivindicativos hacia los derechos de sus hijos o bien a pensar: "si él pega... por algo será". Minimizan su comportamiento y agresividad y lo hacen amenazando a la institución escolar y con grandes tasas de agresión hacia los que les señalan la inadmisible la conducta de su hijo. Esta actitud paraliza, aún más, a una institución escolar dubitativa e incrédula.
Por ultimo mencionar la actitud de las instituciones escolares que se percibe, en ocasiones con mucha justeza, como más tolerantes con los agresores que con los sujetos víctimas del bullying. Se tiende a minimizar los hechos, a buscar explicaciones, a sancionar a la baja al acosador cuando no a culpar al acosado etc. Es decir la práctica real libera al acosador de su carga y abandona al acosado a su suerte.
¿En que estamos fallando los educadores?, ¿Son los centros escolares conscientes de la situación actual de los centros educativos?, ¿Los medios de comunicación están dando un auge desmesurado al tema de la violencia escolar o es la realidad existente entre los escolares?.
Sorprendente es que a pesar de que cada vez hay más conocimiento sobre el tema, como en los campos de violencia familiar o laboral, exista esa especie de pacto de silencio que acontece entre los compañeros de clase, que pueden conocer, de hecho conocen, la situación del acoso y quiénes son tanto los acosados como los acosadores. Pero hay silencio, un terrible pacto de silencio que se inicia en el propio chico acosado y continúa en el resto de escolares que ven, entre impotentes o impasibles o casi cómplices, la situación creada.
Lo más curioso, si cabe, es la actitud de las figuras parentales de los acosadores. En general se muestran reivindicativos hacia los derechos de sus hijos o bien a pensar: "si él pega... por algo será". Minimizan su comportamiento y agresividad y lo hacen amenazando a la institución escolar y con grandes tasas de agresión hacia los que les señalan la inadmisible la conducta de su hijo. Esta actitud paraliza, aún más, a una institución escolar dubitativa e incrédula.
Por ultimo mencionar la actitud de las instituciones escolares que se percibe, en ocasiones con mucha justeza, como más tolerantes con los agresores que con los sujetos víctimas del bullying. Se tiende a minimizar los hechos, a buscar explicaciones, a sancionar a la baja al acosador cuando no a culpar al acosado etc. Es decir la práctica real libera al acosador de su carga y abandona al acosado a su suerte.
¿En que estamos fallando los educadores?, ¿Son los centros escolares conscientes de la situación actual de los centros educativos?, ¿Los medios de comunicación están dando un auge desmesurado al tema de la violencia escolar o es la realidad existente entre los escolares?.
En este blog intentaré responder a alguna de estas preguntas, además de dar información que espero que pueda ayudar tanto a alumnos como educadores y padres, espero que os guste y os sirva de ayuda.
Un saludo Ana
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